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“HANAL PIXÁN” DE PUERTO JUÁREZ CON SABOR A CAMPAÑA Y PROTAGONISMO DE MARA.

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Por: Buró de Prensa Quintana Roo

Cancún.- Todo un éxito resultó el festival del Hanal Pixan en Puerto Juárez, a la gente se le olvidó la pandemia, el encierro y el Covid-19, se lanzaron en busca de los muertos y la muerte, el andador donde la alcaldesa Mara Lezama montó el circo, era un pandemonium.

El proyecto de realizar un festival con motivo del día de muertos en Puerto Juárez, la cuna de Cancún, logró su objetivo, sí placear a la alcaldesa, Mara Lezama entre el tumulto de gente que asistió a disfrutar de la vendimia, los altares, el circo y el espectáculo montado a unos metros de la playa.

Más que el rescate de las tradiciones y costumbres, el trasfondo era que la alcaldesa Mara Lezama se placeara y se llevara los aplausos y así fue.

Se trató de una fiel copia de la celebración de “Día Muertos” en Río Lagartos, Yucatán.


Mara fue parte del espectáculo, se subió al escenario participó en la ofrenda, el entregaron un caracol y fue parte de puesta en escena.

Ahí arriba del escenario estaba Mara, la que pide a los cancunenses no bajar la guardia contra el Covid-19, pero que los invita a una concentración masiva, donde no hubo sana distancia, ni protocolos anticovid, más que dos gotas de chicloso gel antibacterial y muchos, de los asistentes no llevaban ni siquiera un cubrebocas.

Quienes se pintaron el rostro, de catrinas y calaveras, hicieron aún lado el estorboso cubrebocas, lo que no descarta en próximos días un rebrote de Covid por esta imprudencia y acto irreflexivo de la alcaldesa a quien solo importa hacer campaña.

Así es el doble discurso de Mara, que llama a no bajar la guardia, pero monta un circo, para darse un baño de pueblo y apuntalar su candidatura a la gubernatura.

El festival tuvo de buena convocatoria, pero no deja de ser un acto irreflexivo, imprudente donde no se midieron las consecuencias, ante el impulso de ganar adeptos en su loca carrera a la gubernatura.

Mara justificó en el Día de Muertos, un evento a costa el erario público, para hacer campaña, fue la fiesta de Mara, aunque los trabajadores del Ayuntamiento expresaron su inconformidad porque hasta el domingo los obligaron a trabajar todo el día, para que el lunes y martes, 1 y 2 de noviembre “la jefa” se robara el espectáculo.

Mara rindió tributo a los muertos, pero no ve los muertos que diariamente caen en las calles y colonias de Cancún por tanta inseguridad.

Mara nunca hace un comentario sobre las ejecuciones, asaltos, asesinatos y violencia que vive Cancún, se puede tropezar con los muertos, pero eso a ella no le preocupa.

La promesa de rescatar Cancún en sus dos campañas, es letra “muerta”, se la pasa en la frivolidad de los eventos, de las efemérides, del discurso y frases trilladas.

Eso es lo que Mara cree y piensa que es gobernar, Cancún está inmerso en la inseguridad, diario hay ejecuciones, asesinatos, asaltos, secuestros, desapariciones, que ya alcanzan a jóvenes, niños y niñas, hay una grave descomposición social, miedo y zozobra, mientras su discurso es que ella está sentando las bases para los próximos 50 años de Cancún.

A diferencia de Mara, que más que gobernar Cancún anda en campaña, se puede comparar la prudencia de Yensunni Martínez la alcaldesa de Othón P. Blanco, que suspendió la tradicional feria de Chetumal por la seguridad de su población, porque la pandemia no ha terminado.

Mara ha tomado el semáforo verde epidemiológico, como su bandera de campaña y se ha desbocado. Mara no para, si, no para de hacer campaña, lo que menos hace es gobernar.

No, no es con la simulación y eventos como el “Hanal Pixan” donde puede darse baños de pueblo y cree que va engañar a la gente, como Cancún va a salir adelante.

El combate a la inseguridad y la paz social debe ser la prioridad de su gobierno, no ignorar la realidad, Mara debe cumplir su promesa de rescatar Cancún, reforzar la seguridad y bajar los índices delictivos que se salen de control.

Dejar de lado los eventos, los festejos, las efemérides, los cortes de listones, la socialité y el discurso, enfocarse en sus compromisos de campaña y las demandas de la sociedad, antes de soñar con ser gobernadora.